Consejos para correr en invierno

Pareja corriendo en inviernoNos despedimos de noviembre, y entra diciembre, un mes lleno de magia en el que el running siempre está presente y un mes donde cambiamos de época, mes impulsado por las diversas San Silvestres. ¿Te ha picado el gusanillo de correr? Si es así y te animas a correr en invierno, ¡enhorabuena!

Te animamos a que empieces a plantearte pequeños retos desde ya. Por eso, aquí van algunos consejos para que esas sesiones de entrenamiento en frío no te resulten tan complicadas.

Aprovecha las horas de sol

Durante esta época del año, uno de los principales desafíos es el horario. Las horas de luz son más cortas, las noches se alargan, y cuando el sol se pone, el frío puede ser intenso y la pereza comienza a ganar. Siempre que puedas, salir a correr a mediodía es una excelente opción. En verano, esto sería impensable por las altas temperaturas, pero a mediodía el sol puede levantar un poco el ánimo, y eso ayuda a que la carrera se siente más amena.

Elige la equipación adecuada

No caigas en el error de salir cargado de ropa, independientemente del frío que haga. Un equipamiento excesivo puede ser tan problemático como no abrigarse lo suficiente. La clave es encontrar una temperatura en la que el cuerpo transpire, así que unas mallas, una camiseta y un cortavientos son ideales. No te olvides de cubrir tu cabeza con un gorro, ya que hasta el 40% del calor corporal se pierde por ahí. Además, si el sol hace acto de presencia, puedes quitarte el gorro con facilidad. Las manos son muy vulnerables y, cuando corremos, la sangre se destina más a los músculos de las piernas, lo que puede dejarlas frías. Mantenerlas resguardadas es clave para evitar molestias. Y si el aire frío te molesta en la garganta, una braga de cuello puede ayudarte a mitigarlo.

Calienta bien

Está claro que cuando las temperaturas bajan de 4ºC, los músculos tienden a volverse más rígidos. Para evitar molestias, prestar atención al calentamiento previo es fundamental. Nuestro cuerpo reacciona de manera diferente al frío, así que te aconsejo hacer algunos ejercicios de calentamiento en interiores antes de salir. Un gym o un pabellón son lugares perfectos para esto. Con un trote suave y algunos ejercicios de movilidad, logras que tus músculos alcancen la temperatura ideal y tus tendones y articulaciones estén más listos para el ejercicio.

Ponle intensidad

Como te mencioné, el frío no le gusta a nuestro cuerpo, así que la mejor manera de entrar en calor es moverse. Por eso, los farlecks son ideales en esta época; son entrenamientos en los que las pausas son cortas, manteniéndote activo, ya sea caminando o trotando despacio. Esto ayuda a que no se baje la temperatura corporal.

Elige un recorrido exigente

Lo mejor es seleccionar un recorrido “rompepiernas”, perfecto para esos farlecks. Este tipo de rutas, con constantes altibajos, ayudan a mantener el cuerpo a una buena temperatura. Además, si sales con temperaturas bajo cero, puede que tu sensación térmica sea mucho más fría, así que si el viento sopla, busca un lugar arbolado para evitar pelear contra el frío.

Los post-entrenamientos son importantes

Pareja corriendo en invierno - Correr en inviernoAl finalizar el entrenamiento, es importante ser prudentes. Aunque estés a buena temperatura, el sudor puede enfriarte rápidamente. Haz tus estiramientos de forma ágil y busca refugio en un lugar cerrado o en casa para realizarlos. Si tienes ropa abrigada, es el momento de ponértela para evitar que tus músculos se enfríen. Esto puede prevenir más de un resfriado.

¿Y el gimnasio?

Si el clima es horrible, lluvioso, y no tienes ganas de salir, ¿por qué no ir al gimnasio? Estarás a cubierto y podrás seguir entrenando con bicicleta estática, elíptica o remo. También está la opción de la piscina; nadar complementa perfecto al running y, al no tener impacto, es excelente para tu cuerpo. Y si quieres quedarte en casa, no hay excusa: puedes hacer ejercicios con mancuernas o solo con tu propio peso para fortalecer tus músculos y estar en forma para tu próxima sesión.

Hidrátate y líbrate de resfriados

Aunque no sudemos tanto como en verano, nunca debes olvidar la hidratación. El aire frío reseca la garganta y puede deshidratarte. Así que asegúrate de beber pequeñas cantidades de agua. También recomendaría algo isotónico, ya que correr en invierno consume energía y necesitas reponer glucógeno. Si sueles resfriarte con facilidad, no dudes en conseguir un complemento vitamínico que contenga vitamina C. No hay necesidad de complicarse; esto, junto con una buena equipación y cuidados post-entrenamiento, te ayudará a combatir esos resfriados.

Disfruta de cada zancada y de lo que haces. Si logras esto, te prometo que incluso los días más fríos y lluviosos se sentirán especiales al correr. ¡Ánimo!

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