Tras los 10K exigentes de la Cursa de Badía, llegaba la Cursa de Muntanya de Rubí, que en su 21a edición ampliaba la distancia a 12K con unos 350 metros de desnivel positivo.

Con dos semanas apenas para recuperar y adaptarse a algo más de distancia y desnivel.

La semana empezaba lluviosa hasta horas antes de la carrera, con una temperatura fresca en su inicio y el terreno húmedo pero con un día soleado, por un recorrido prácticamente al descubierto. Este año era unos metros más larga y con no muy buenas sensaciones, el objetivo era bajar de la hora, aunque había 5 minutos de margen por la ampliación de distancia y la idea fue salir a ritmo controlado y no importar si me adelantaban mucho.

El inicio fue bastante tranquilo, salí por uno de los lados en la zona asfaltada, sin que nadie me molestara y poco a poco fui teniendo sitio suficiente para ir acercándome a la izquierda donde tendríamos el giro hacia la entrada a la pista forestal.

El grupo se estiró y en la primera subida se iban formando los primeros grupos, intentaba mantener mi propio ritmo y para ello debía avanzar a algún grupo que hacía de tapón. Me puse detrás del siguiente y fui siguiendo a los corredores siguientes.

El ritmo era muy similar y corríamos en fila, sin apenas molestarnos, yo tenía la mente en la primera subida fuerte, empezar fuerte supondría sufrir el resto de camino.

El K3 fue algo más rápido que el resto, pero más lento que el año anterior, ya sabía lo que venía, me situé detrás de unos cuantos corredores que tenía de referencia que los mantuve hasta la mitad del recorrido, el resto fue quedando detrás.

Tras pasar bajo la autopista se iniciaron los primeros ascensos duros que definió el grupo, el corredor de Rubí que iba delante de mí iba a un ritmo similar por lo que me mantuve detrás hasta el KM5. Hasta entonces las duras subidas se encadenaban, momento en que noté que se había venido abajo y lo adelanté.

Los últimos metros antes del avituallamiento sirvieron para prepararme, tan solo al que perseguía se paró el resto se saltó el avituallamiento y comenzaron el descenso. Yo adelanté al corredor en el avituallamiento e inicié un descenso en solitario.

A diferencia del año pasado, el descenso fue sin molestias ni referencias, nadie me molestaba, pero no podía ir a tope porque me costaba seguir las indicaciones, no conocerme el camino y ser la nueva variante, hacía que estuviera pendiente de las señalizaciones que en ocasiones eran difíciles de encontrar otras no se veían porque eran negras.

En el segundo tramo alcancé al grupo y a un corredor de rosa descolgado. Llegaba el punto de marcación de tiempo y foto en el 7,5.

El terreno era mínimamente ascendente el sendero, por lo que me mantuve detrás de él hasta que noté que me frenaba, al ir con auriculares no me oía y tuve que buscar un lugar para adelantarlo. Llegamos a la punta mas alta y adelanté a otro corredor con la camiseta del año pasado e iniciamos el descenso.

Una pista ancha que me permitía un ritmo rápido y descansar con el corredor detrás. En el KM8 un fuerte bajante que resbalaba y seguíamos bajando. En el siguiente kilómetro bajé el ritmo, había conseguido distanciarme y estaba pensando en la bajada final del torrente, pero era demasiado pronto, aún quedaba, por lo que iban alcanzando hasta el torrente sombrío.

En este tramo, el año pasado fue un golpe de aire fresco por el calor, este año la humedad era muy alta, una zona oscura, con árboles bajos que impedían ver al tener que correr con la cabeza baja y la humedad que empañaba las gafas, con la presión de que los tenía encima.

Salimos del tramo oscuro y llegamos al cambio de torrente, el final, la zona Strava. Los corredores se me pegaban y yo me preparaba para la bajada. Con un acelerón oía los lamentos de quienes no habían conseguido adelantarme.

El ritmo era rápido, a unos 3 min/km, pero a los pocos metros vi que no iba a servir de nada mantener ese ritmo, seguramente me traería problemas más adelante, así que me movía en torno a los 4 min o 3,50 min/km. Así que bajé el ritmo todo y que era un ritmo superior al del año anterior. Un corredor me adelantó a un ritmo muy superior, el otro quedó detrás.

Tras finalizar el sector Strava, el torrente, y salir al lateral de la vía donde había una fuerte, pero pequeña subida tenía al corredor detrás, le invité a adelantarme si lo deseaba, pero me comunicó que estaba ya sin fuerzas.

Tras animarlo en el sendero paralelo nos enfrentamos a la recta final. Aumenté el ritmo levemente para no tener sorpresas y él también aceleró siguiéndome de cerca. Con la sensación de que tenía aún algo de fuerzas para apretarme, pero yo también las tenía, finalmente ninguno forzó.

Entramos con dos segundos de diferencia en un tiempo de 1h2m50s a un ritmo medio de 5:18 aproximadamente. Una carrera dura, con la segunda mitad bastante divertida y sin complicaciones.