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Después de 1 año, 9 meses y 11 días volvía a competir tras la Cap d’any Race de 2019 y lo hacía en la 9a La Sansi de Bellaterra de 2021. Aunque no iba a ser la carrera de vuelta, ya que tenía prevista la Sant Esteve Trail a finales de Mayo una lesión en el cuádriceps derecho que aún arrastro me la hizo posponer. Así que a pocos días de celebrarse la 9a La Sansi de Bellaterra me la regalaron.

No estaba planeada, mis entrenos habían sido de montaña únicamente durante los últimos 6 meses a un ritmo suave en los últimos 3 por la sobrecarga que voy arrastrando. Así que aunque el recorrido del 10KM consistente en 2 vueltas era atractivo por las curvas y los sube y baja en la que el 40% de la superficie era pista o sendero y el 60% de asfalto.

La salida consistía en tres cajones, teóricamente eran por tiempos, aunque muchos no teníamos registros, otros se metían donde no les tocaba. Más que tres cajones, ya que solo había sitio para uno, eran tres tandas de salida. En muchos casos, con tantos ritmos diferentes, algun@s inconscientes que la hacían andando y con palos de trekking se ponían los primeros, teniéndolos que esquivar durante los primeros metros.

En el cajón de salida con mis animadoras

Con una diferencia de 2 o 3 tres minutos salieron las dos primeras tandas. Yo me coloqué en las marcas de separación que había en el suelo, en una cuarta fila aproximadamente donde me esperaban para animarme mis animadoras especiales. La gente fue colocándose en las marcas, otros iban poniéndose delante hasta que veían que no quedaban marcas libres y se colocaban fuera de lugar sin respetar las separaciones.

Quedaban pocos segundos para salir, hacía tiempo que no sentía esa sensación, las dudas de si podría tener un buen ritmo y si aguantaría un ritmo fuerte al que no estaba acostumbrado. Me animaban mis pequeñas hasta que salimos.

Nada más salir todo el mundo se quitaba la mascarilla, me encontré con las señoras del trekking, los primeros metros de bajada hasta la curva de izquierdas fueron rápidos, cogí la parte interior para adelantar a las primeras filas hasta llegar a la parte del Torrente donde comenzaba ya la subida y con menos gente me quité y guardé la mascarilla. La primera subida empezaba fuerte, un zigzagueo duro donde regulé la velocidad de salida que llevaba en la bajada. Seguí tirando adelantando a unos cuantos siendo esta la dinámica de la carrera.

Tras un pequeño llano en el que se cumplía el KM1 donde alcanzaba al grupo de la segunda tanda, se iniciaba un doble giro a la izquierda en bajada para entrar en la zona de tierra con estrechas aceras por donde varios corredores del grupo 3 intentábamos progresar, siendo la rutina de la bajada y subida del ancho sendero.

El camino subía hasta la rotonda de la estación, la parte trasera, donde me esperaban nuevamente mis animadoras felices y contentas de verme al igual que yo a ellas. Tras pasar la rotonda se iniciaba el camino a la Vía verde, un camino estrecho durante unos metros y se hacía difícil progresar, pero ensanchándose pero el volumen de corredores era aún muy grande. Tras pasar sobre las vías un pequeño descenso cumpliéndose el KM2 se convertía en una larga y recta subida suave, ancha en la que avanzaba por el exterior. Había alcanzado un ritmo óptimo que me permitía ir rápido sin cansarme.

KM2 Cami Verd pasado las vías

Seguía avanzando corredores y a la liebre del 55, tras acabar la recta la pendiente era más elevada en el parking de la Escuela La Vall. Salíamos a la carretera y nos esperaba una dura pendiente hasta la rotonda de entrada a la Urbanización de Bellaterra. Esos metros ya de carretera coincidían con la liebre del 50 que iba diciendo al grupo que congregaba a su alrededor que se lo tomaran con calma, que no adelantaban que luego ya vendría la bajada. Yo iba a un ritmo mayor y sabia que podría recuperar durante la bajada.

Entramos en Bellaterra y una recta llana nos permitía recuperar para ir descendiendo progresivamente. A unos cientos de metros girábamos por las calles, el recorrido subía un poco hasta llegar a la última curva de izquierdas en una bajada con mucha pendiente. En ese momento llegó el flato que me hizo bajar la velocidad e ir algo más despacio, me adelantaron por primera vez 3 o 4 corredores.

Llegue al giro donde se separaban los corredores de 5K que se metían hacia la izquierda y los de 10K que girábamos nuevamente en la bajada inicial. Ahí estaba mi equipo de soporte animándome, mientras luchaba contra el flato y deseando que llegara la fuerte subida. Me gustaba más la bajada, pero el sufrimiento del flato me estaba frenando y lastrando. Empezó la subida, me agaché levemente y en pocos segundos el flato se fue. Empecé a trazar las curvas de subida, adelantando por el exterior y tomándolas por el interior, adelantando a varios de los corredores que me habían pasado en la bajada, excepto a uno de rosa que se convirtió en una referencia.

Aunque el corredor era más rápido que yo lo tuve como referencia durante unos kilómetros. Entraba en el doble giró hacia el sendero y la velocidad de bajada y giro era mayor al encontrarme bastante solo, seguí progresando lo que debían ser corredores de otros grupos hasta llegar a la subida de la rotonda de la estación. Peleándome con el dorsal que se me caía, saludando a mi familia.

Volvía el camino estrecho, peleando aún con el dorsal y adelantando a algunos corredores ya de forma más aislada. Con el grupo más estirado en la recta del KM7, sin los corredores de la distancia corta, la progresión era menor pero continua. Al final de la Vía Verde el ascenso a la carretera se hacía más duro por el cansancio, pero con la mente de que en poco más de un kilómetro estaba la meta y el tiempo era bueno.

La recta que se iba haciendo bajada estaba bastante despejada ya, algún corredor mayor que acababa sus 5K y el giro que ascendía levemente antes del final. La bajada fuerte se frenaba con esa leve subida que te hacía conservar en la que me junté con dos corredores.

Me puse entre ellos y por el interior superé al segundo, cuando hubo espacio me situé en el exterior al mismo ritmo, conservando para poder adelantarlo en la curva. Y así fue, en la curva cerrada el desnivel negativo era muy grande, mediante un buen exterior lo superé dándolo todo en la bajada que antes no había podido, adelantando a una chica en media bajada, entrando prácticamente solo a meta con un tiempo total de 45m16s.

Conseguí mantener un ritmo por debajo del 5:00 en todo momento a pesar de no estar acostumbrado. Aunque el ritmo es variable fue debido a los sube y baja del circuito y a la gran cantidad de corredores en los momentos más estrechos. Por lo general ha sido un buen resultado con un tiempo mejorable sobre todo si hubiera habido menos desnivel.