La Cursa de RAC 1 era una nueva y efímera carrera en Sant Cugat. Efímera porque cada año transcurre por las calles de una ciudad diferente. 12 Años después de mi primera carrera, que fue precisamente en Sant Cugat y tras dos años sin visitar la ciudad desde la pandemia después de 18 carreras, se había diseñado un nuevo circuito, diferente y en sentido contrario.

Tras los entrenos de velocidad y bajando los entrenos de montaña, iba con la convicción de bajar finalmente la barrera de los 20 minutos en los 5K. Pero la carrera no empezó bien, ya que en el sector más cercano de Cerdanyola el aparcamiento estaba saturado, no había forma de aparcar, tampoco podía pasar a otro lado, pues estaban cortadas calles principales que me hacían llegar a la Av. Lluís Companys.

Finalmente, aparqué cuando la carrera ya se había iniciado, por suerte a tan solo 1,5KM de la salida, distancia que aproveche para calentar y cambiarme. Un buen calentón que me hizo llegar ya cansado, la gente aún rondaba por las calles o intentaba aparcar, mientras una marea de gente salía en la lineal de meta. Tras saltar una de las vallas, el luminoso ya marcaba 5 minutos.

La salida y toda la carrera fue una carrera de obstáculos, buscando el hueco, zigzageando de lado a lado, frenazos, cambios repentinos, ya que los corredores suelen juntarse y separarse, en resumen un desgaste tremendo, en mi cabeza un enfado, pues había perdido toda oportunidad de mejorar marca, entre el calentón y el tráfico se hacía difícil no tan solo avanzar, sino alcanzar el ritmo óptimo.

El primer giro tubo que ser amplio, por encima de la rotonda, ya que no había sitio, la primera subida por fuera del asfalto, esquivando los árboles en una zona de césped y peraltada del Parque del Arboretum, con un esfuerzo muy por encima del desaseado, que no se traducía en el ritmo indicado por los cambios, giros, saltos de bordillo, esfuerzo del terreno.

Buscando las zonas libres, de aceras, o los estrechos bordillos, algunos en mal estado, conseguía avanzar, en cada curva había que frenar, la masificación y la humedad me hacía sudar muchísimo. La primera bajada me permitió alcanzar los 3:40, enfilando el campo de golf donde la Rambla de subida se percibían dos líneas rojas.

La Rambla estaba saturada, se usaban las dos vías, el zigzageo era máximo por los grupos paralelos de cinco o seis personas.

Pasado el dron el camino volvía a bajar por el Golf, aprovechando la acera izquierda que estaba despejada pude avanzar más puestos. Y así, situado a la izquierda, fui avanzando.

La predicción marcaba los 21 minutos y se iban bajando progresivamente hasta llegar al Monasterio.

La calle se volvía empinada, los grupos se cerraban y el paso era imposible, paraba y arrancaba, parecía un entreno de cuestas, la estrechez bloqueaba los giros y el tiempo perdido hasta alcanzar nuevamente el Monasterio.

La última bajada fue a buen ritmo, pero el reloj marcaba nuevamente un objetivo de 21 minutos y aún quedaba una leve subida y la recta final, así que mis pocas esperanzas desaparecieron.

Puse un ritmo crucero e intenté ponerme donde menos gente había, ni tan siquiera intenté esprintar en el tramo final. No servía de nada, aunque fue un parcial de 3:42min/km.

Un corredor me felicitó pocos metros después, no sé si se equivocó, entiendo que no, ya que era de los pocos que no llevaba la camiseta obsequio en el grupo pelotón, pero no tengo recuerdos de los corredores, no me fijé prácticamente en nadie, en una situación cambiante a cada pocos segundos por adelantar constantemente durante los 20 minutos 42 segundos, cuando suelo fijarme en diferentes corredores objetivos, cuando compartes la mayoría de distancia con los mismos te fijas en ellos, esta vez no fue así.

El tramo final de recogida de obsequios o avituallamiento, la habían diseñado en espiral, para los que veníamos desde Cerdanyola, si querías volver al coche, debías cruzar entre los que habían llegado, estaba todo vallado y con continuos corredores. Un voluntario nos abroncaba por saltar las vallas y no comprendía que el bloqueo nos imposibilitaba cruzar, que todos saltaban por el diseño erróneo que habían creado tras la meta.

Finalmente, el tiempo no fue tan malo ( 20min 42seg ) dentro de las dificultades, aunque no fue el esperado en un día que podría haber sido posible. Una 99a posición de entre más de 3.000 finishers, en la que partí aproximadamente el 2.650 y llegué el 700. Son 1.950 adelantamientos que saldría a más de uno por segundo, aunque los adelantamientos solían ser en bloques de 3 a 5 participantes.