Tercera carrera de la Taymory Xtrail Series, que se disputaba en el pueblo de Castellar del Vallés, recorrido que penetra en el Parc de Sant Llorenç y sube hasta el Puig de la Creu (668m). Y siguiendo la dinámica del año, entrenando un día a la semana y pocas horas de sueño.

Nos agrupamos en la salida, eran las 9:30, la Xtrem ya se había puesto en marcha y el sol ya asomaba haciendo ya un calor que nos acompañaría durante la carrera. Hicieron la cuenta atrás y tras la orden de salida subimos las calles de Castellar tras un giro a la derecha en una calle adoquinada bajaba a un puente de cemento y empezaba la zona de pista. A pocos metros la pista hacia una salida hacia la izquierda y se volvía estrecho que impedía adelantar y con mucha vegetación. Seña que fue presente en todos los tramos de sendero y que hizo que acabara con piernas y brazos bastante dañados por los cortes y arañazos.

Al fondo se escuchaba algún grito que otro que se fueron acercando en los primeros kilómetros. El recorrido tras mantenerme detrás del grupo llegó la primera zona de subida de piedra suelta y escalonadas, tras ir mejorando bastantes posiciones y con el cansancio que eso significaba tenía que mantener el ritmo en la bajada.

El recorrido alternaba subidas y bajadas, mi escasez de entrenos y por lo tanto de fuerza había hecho que sufriera en las subidas y tener que tomármelas con calma para poder llegar al final. Este hecho ha servido para realizar unas bajadas muy rápidas, terreno en el que estoy fuerte y cuanto más técnico mejor.

Llegado al KM 3 no tenía a nadie por detrás y por delante un grupo separado por poco íbamos a la par. Una pareja del Vigia Trail me antecedía. Los corredores del Vigia eran bastante molestos. Ella gritando todo el rato dándose ánimos o quejándose de ella misma. Me adelantaba en las subidas y me bloqueaba en las bajadas perjudicándome al no dejarme pasar por la estrechez del recorrido y cuando conseguía adelantarla llegaba la subida nuevamente y otra vez estaba delante. El guiándola y aconsejándola todo el rato, en muchas ocasiones erróneamente. Con su mochila hacia de gregario suministrándole líquidos, aceleraba y te adelantaba y al poco se paraba a esperarla y tenias que esquivarlo. Y así muchos kilómetros.

Los conseguí adelantar y en el KM4,5 llegue al avituallamiento un par de vasos de aguas, fresones y a seguir el camino, subimos por un sendero que enseguida se convirtió en una pista de bajada, ahí comencé a recuperar tiempo incluso llegando a los Vigia que no habían parado, fue una bajada rápida y fácil, una pista ancha, bacheada y pedregosa, como todo el recorrido.

Zona pedregosa de Ascenso

Volvíamos a un recorrido con subidas y bajadas que iba ascendiendo, con los molestos del Vigia intentando sacármelos de encima pero no me fue posible. Subíamos hasta el KM7 donde un giro a derecha nos separaba de la Xtreme y se iniciaba nuevamente el sendero con muy poco desnivel hasta llegar nuevamente a una pista, tras recorrerla en un cruce casi tocando el KM8 una entrada al bosque iniciaba una nueva y dura subida durante casi un kilómetro.

Pasado el KM8 una larga bajada muy técnica de piedra suelta y grandes escalones ponía a prueba a la mayoría de participantes y era mi oportunidad para poner tierra de promedio con los del Vigia. Fui bajando bastante rápido y recuperando puestos, era difícil en muchas ocasiones encontrar la trazada correcta o más sencilla hasta llegar al final de la bajada. Tras los 800 metros de increíble bajada se encontraba el segundo avituallamiento que tras repetir salí lo antes posible en la subida para no perder tiempo.

Más ascenso

El kilómetro siguiente fue suave pero al llegar al KM10 volvimos a bajar, y el recorrido bajaba, fuerte con mucha piedra suelta y estrecho, con muchas posibilidades de rodar, nuevamente fui recortando tiempo y superando a corredores que luego darían conmigo en la subida, tras varios giros y con dolor de pies por las piedras, los tobillos doloridos por los golpes y tras un mal gesto se iniciaba un ascenso suave y caluroso a la luz del sol. Era el KM 11 y subiríamos hasta el 12.

La pendiente cada vez era un poco más elevada hasta que finalmente se volvió muy dificultosa. El ritmo era muy lento pero nadie adelantaba, era duro para todos, muy empinado, de tierra húmeda y resbaladiza, con la respiración entrecortadas, todos nos animábamos apunto del final. Cuando este llegó el camino ya casi plano subía hasta el Puig de la Creu donde se divisaba la iglesia de Santa María metros antes. Tras bordearla con grandes vista, el tercer avituallamiento nos preparaba para el descenso.

El descenso era una zona pedregosa y técnica hasta llegar a la pista principal, solo habían pasado unos metros, tras la pista con varios saltos y un giro donde ahogados ciclistas ascendían bici en mano, adelantando a un par de corredores más, volaba cuesta abajo, hasta llegar al desvío final donde nos avisaban de lo técnico y peligroso.

Ya sin fuerzas y distanciado de la mayoría de corredores inicié el descenso con más cuidado que velocidad por la falta ya de fuerza y precisión. Un corredor de la Xtreme me adelantó y otro de la Short me igualó y superó en los metros finales. Tras acabar la zona peligrosa y unos metros de bajada más firme igualé al que me acababa de adelantar. Entramos en las calles de Castellar y empezó la bajada en la que superé al corredor, vi otro sin camiseta desde hacía kilómetros pero aun lo tenía lejos pero su bajada no fue muy rápida así que en las últimas escaleras lo adelanté.

Tras superar a este último corredor cogí una velocidad que permitiera llegar solo y tranquilamente a la meta y no me alcanzaran los dos corredores posteriores que llegaron a 2 y 4 segundos de mi. Y así fue, tras un giro a la izquierda se situaban los escasos metros de alfombra con la meta y los corredores ya llegados.