Otro año mas asistiendo a la cursa del RACC que acoje 10KM de carrera por el circuito de Catalunya en Montmeló. Ya son 5 en los que el recorrido ha ido evolucionando. Este año con pocas participaciones venía de terminar la Media Maratón de Sabadell a principios de Octubre.

Una carrera que empecé con un ritmo impresionante pero que el cansancio y la altísima humedad hizo que en el KM16 perdiera toda ventaja. Acabé con buenas sensaciones pero los irregulares entrenos siguientes me hicieron perder todo el buen ritmo que me acercaba al ritmo de 10K. Me puse un plan que seguí muy poco incluso conseguí entrenar 4 días a la semana pero mi cuerpo no aguantaba un quinto.

Los entrenos de series y las últimas pruebas realizadas no auguraban un buen resultado. Ritmos máximas de 4:25min/km por lo que pocas expectativas, sumado a una semana dura de entrenamientos que me dejó cansado y algo tocado. Pero la cosa no acababa así después de dos semanas sorteando resfriados en casa y en el trabajo al final me tocó, si y justo dos días antes. Así que con problemas para respirar y algunas décimas la noche anterior decidí que la Cursa del RACC de este 2018 sería un entrenamiento para la Sant Silvestre 2018 que iba a ser la última para la organización.

La cursa en el Circuit siempre es síntoma de frío, como el año anterior con apenas unos grados y nieve en el horizonte, este año tocábamos los 10ºC pero la fina lluvia caía antes de empezar. Esa llovizna que mojó todo el recorrido y que importunaba en el calentamiento, ese que hacía que la sensación de frío fuera mayor y tu cuerpo se enfriara con el agua.

Cinco minutos antes y a unos 400 metros la linea de salida de la prueba de 5KM daba su salida. Este año nos avisaron por megafonía que el recorrido volvía a ser el original, dos vueltas, por eso la salida estaba mas atrás, justo en lo alto del último tramo. En la web no informaron del recorrido. Era una doble mala noticia. Al principio solo pensaba en que dos vueltas equivale a mas desnivel y mas dificultad ya que antes los primeros 5KM eran planos pero luego recordé que había más problemas que era la 5K.

RACC 2018 Recta (KM1)

Salí cuesta abajo en las primeras posiciones a ritmo de 3:20 que estabilizaría en la recta a 4 y algo. Pasamos por el arco de salida del 5K y aquello se estrechaba, por pasar por las vayas de la salida, yo me había posicionado, ya que contaba con ese problema, problema menor en las primeras plazas.

Estabilizado ya en la recta decidí conservar mi ritmo. Un corredor joven habló conmigo al final el pitlane pero se fue yendo ya que no pretendía ir muy fuerte, me decía que era un entreno, que mis piernas me dolían y estaba enfermo.

Empezaron las primeras subidas que no fueron nada mal, los primeros paseantes de la 5K hacían coger las curvas un poco por fuera pero mi pensamiento estaba en que caería el ritmo en la segunda vuelta. En el segundo kilómetro estaban los que trotaban y en el tercero el pelotón del 5K, que supuso curvas por el exterior, cambios de posición, encerronas.. todo muy incomodo. Tras la segunda subida la gente estaba bastante dispersada, había subido bien y los zigzageos eran menos, estábamos ya los habituales, esos que ves durante todo el recorrido y usas como referencia, los tenia delante en las subidas y les recuperaba en la bajada.

Subí la última cuesta de la primera vuelta a un buen ritmo y bajé recuperando hasta el arco de Salida del 5K que coincidía con esa distancia.

El crono marcaba 20:45 y durante la recta me quede pensando, no era mal tiempo, no era el mejor pero era muy bueno me permitiría un abanico de posibles decisiones dependiendo de la segunda vuelta, siempre suelo bajar el ritmo por las cuestas y el cansancio acumulado. Y no estaba bien pero no me encontraba mal.

Pasé por meta y aquello fue un horror. Estaba lleno de gente, sin una línea recta hacia adelante fui esquivando gente hasta traspasar la línea. La gente se detenía en seco delante tuyo, la esquivé y me fui contra los cámaras, tras reaccionar para no volver a chocar, más gente deambulando hasta que unos metros más adelante los voluntarios intentaban apartar y la pista se dividía, tarde por desgracia. Al final del pitlane el avituallamiento que prácticamente todos pasaron de largo, menos algún insensato que tiraba la botella al suelo al más puro estilo Mario Kart.

Volvía a empezar la primera de las tres subida, con el conjunto de corredores habituales donde tenía la referencia de un joven de verde con rastas, un hombre algo mayor y otro Sergi con un 40 a la espalda verde lima. Me adelantaban en la subida del KM6 pero al tomar la bajada del KM 7 los pasé y ahí tuve mi punto de inflexión. Miré el reloj y en vez de ver el tiempo y calcular vi que llevaba una media de 4:10 y decidí apretar un poco en la segunda subida. Podría salirme mal y sufrir los últimos dos kilómetros, pero era el momento para mejorar el tiempo, si lo hacía en ese momento sería demasiado tarde. Y mantuve la subida a 4:30 que hacía una media de 4:12 en el KM7. Marcaba el min 33, menos de 8 minutos para los dos últimos kilómetros.

El KM8 empezaba al final de la subida, me tenia que reponer del 4:45 durante la recta para la última subida que ya iba a ritmo de 4 y dejaba la media del kilómetro a 4:14, la segunda subida me había retrasado, casi en le 38 me quedaba menos de 4 minutos si quería lograr mejorar el tiempo y ya era algo alcanzable gracias al ritmo progresivo de la carrera y aumentarlo casi al final. Creo que fue la clave y ese último kilómetro en bajada cerca del máximo con un último acelerón según llegaba al arco final y veía el tiempo final que se acercaba al 41. No solo quería mejorar mi 41:09 sino que quería dejarlo en el 40, con un kilómetro a 3:27 fue posible.

Al terminar, me sentí satisfecho, había logrado sin quererlo lo que llevaba 4 años intentando, el día menos esperado, el día que creía que ni me iba a acercar con un tiempo final de 40:53. Y terminé bien, trotando y sin sentir el cansancio durante el resto del día.