Una prueba corta para una lesión

La carrera de Corro contra el Cáncer era una prueba más para saber el estado de mi lesión. La banda iliotibial ya no dolía pero seguía molestando. El recorrido este año si alcanzaba los 5K, era una distancia corta que no debía suponer ningún problema, y así fue. La salida fue a un ritmo rápido después de tanto tiempo parado y tan pocos entrenamientos. Los primeros metros en la salida en bandada llevaba un ritmo de 3 que en poco más de un minuto se estabilizaba en los 4:45 que quería llevar.

El ritmo iba oscilando dependiendo de la dificultad o facilidad del terreno, el recorrido era parecido pero este año no podría llevar el ritmo de la vez anterior por lo que iría con un grupo más grande de corredores. Llegados al último kilómetro pasamos por una de las cintas que delimitaban el recorrido, no había controladores y me pareció muy justo ese paso para ser correcto y echando un vistazo a mi alrededor me di cuenta que nos acabábamos de saltar un sector, un zigzag en un anfiteatro donde se celebran los conciertos veraniego de las fiestas.

Era un error ya que no completaría los 5K, pero llegado a los últimos metros lo agradecí. Fueron 4.250 metros a un ritmo de 4:45 el kilómetro suficiente para sacar un punto positivo y otro negativo. El positivo fue que podría rodar a un buen ritmo durante 5KM, sin excesos ni forzar al máximo, la lesión se mantenía al margen, era importante la técnica, las zapatillas y no forzar. El negativo era que mantenía la velocidad pero no la resistencia, el último kilómetro se volvió duro, necesitaba volver a entrenar todo lo que la lesión me lo permitiera.

Ya mirando al futuro, dos meses y medio separan la Cursa dels Bombers de Barcelona de esta prueba, siguiendo un plan de natación para mejorar el tren superior y el cárdio, de ciclismo y gimnasio para fortalecer la musculatura de la pierna, me permitirán recuperarme de la cintilla iliotibial, sumándole los entrenamientos suaves de running de 5K apróx. y alguna tirada larga esporádica.